01 Dic 2011

#57 – Diciembre 2011

En nuestro hogar se funda la seguridad más profunda; la solidez del corazón, la paz del alma. En él se firjan los trazos más firmes de nuestra personalidad. Aquellas que son raíces que perduran y basan nuestro futuro. Escuela de virtudes genuinas que se cultivan espontáneamente, no tanto por el imperio de las palabras, sino más bien por el silencio elocuente del ejemplo, del respeto y la confianza de aquellos que se sienten cobijados y queridos con un amor incondicional.

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