28 Mar 2019

Nota de Espiritualidad

Queridas Familias:

Qué importante sería tomar el mes de Marzo como el comienzo del cumplimiento de metas religiosas familiares, domésticas, que fortalezcan a la familia en su conjunto y a cada uno de sus miembros en forma individual también. Volver rezar en familia, como Iglesia doméstica, teniendo presente el Vía Crucis, no dejar de asistir a Misa y si es más frecuente que sólo la Misa dominical, aún mejor. También tener presente la oración mental, llevada a cabo recordando pasajes de la vida de Jesús, y tratar de sentirlo profundamente. Invocar al Espíritu Santo para que nos dé fortaleza en la Fe y poder entregarnos a la prueba absoluta de la vida cristiana, la entrega plena a una vida en caridad.

La Madre Paulina fue tan clara al decirnos: “La perfección cristiana consiste en que nos desprendamos más y más de todo lo que impide la semejanza con Dios. Consiste en una creciente similitud con Él, con Jesucristo, que es el reflejo del esplendor del Padre y la imagen de su esencia”.

Desprendimiento de todo lo que impide a una familia ser centro de devoción cristiana y seguimiento de Jesús como modelo, asumiendo la cruz en la vida cotidiana con alegría y esperanza.

El 19 de marzo la Iglesia celebró la fiesta de San José, esposo de María y modelo de padre para la Iglesia, por su fe, por asumir su misión sin cuestionar lo que Dios le pide.

La Biblia nos dice, lo más importante de José ante los ojos de Dios era ser un hombre Justo y Santo (Mateo 1, 19). Dios le exige una fe como la de Abraham, y José supera la prueba divina.

Sepamos recorrer un camino de espiritualidad en familia, dejando en segundo plano todo aquello que distrae y evita a la familia alcanzar una plenitud en la fe.

Comisión de Espiritualidad y Cultura