20 Abr 2021

La Verdadera Humildad Consiste en Confiar en Dios

“La verdadera humildad va ligada también a la confianza en que Dios como nuestro Padre amantísimo dirigirá, para nuestro mayor bien, con tal que lo dejemos realizar su voluntad y lo sirvamos fielmente” (Madre Paulina Von Mallinckrodt).

Queridas Familias:

La Madre Paulina nos habla claramente sobre el fundamento y el sentido de la humildad. La verdadera humildad consiste en confiar en Dios y en dejarlo realizar su voluntad y en servirlo. ¿Dejamos a Dios realizar su voluntad en nosotros y en nuestras familias especialmente?

Cuántas veces ponemos trabas y excusas frente a la voluntad de Dios, o anteponemos egoísmos personales, proyectos sólo materiales, y al no lograrlos sentimos una frustración personal.

¿Servimos a Dios como Él nos lo pide? Es decir, en plenitud, sin medir ni especular, despertando nuestra alma profunda, en espiritualidad meditada, acercándonos a Él dentro del modelo de Cristo.

La Madre Paulina, de manera breve y concreta, nos dice que la hoja de ruta de la vida cristiana no se orienta en la soberbia, sino que debe guiarse por la humildad y la actitud de servir a Dios en todo lo que nos pide.

La Pandemia en la que vivimos nos pone aún más a prueba, condicionando nuestros proyectos, objetivos y nuestras actividades, sin duda válidos e importantes.

¿Podremos aceptar con humildad en Dios todos los padeceres que nos impone esta situación atípica, de modo de lograr un resignificación interior que nos ayude a sobrellevar la gran crisis que vivimos? Dejemos a Dios realizar su voluntad, aun a nuestro disgusto, capturando nuestro interior para transformarlo en acciones externas llenas de caridad y con el modelo de la Cruz.

Nos agrega también la Madre Paulina:” la paciencia y el amor que todo lo soportan aportan muchas bendiciones”. Estas bendiciones, fruto de la entrega, del sacrificio, y sostenidas en la fortaleza de la Fe, son nuestra mayor protección, el mayor tesoro personal y familiar.

Nos decía Tomás de Kempis en su gran libro “La Imitación de Cristo”: “Ojalá fuese digno de padecer algo por el nombre de Jesús”. Qué el amor a Dios nos mantenga unidos y en la Fe en los momentos difíciles que estamos viviendo, Qué la dificultad no nos divida ni aleje de nuestra plenitud personal y familiar. “Ante el Santísimo Sacramento quiero amar y no meditar”, nos dice la Madre Paulina. Qué ello sea un ejemplo vivo en nosotros, especialmente en estos tiempos.

Comisión de Espiritualidad y Cultura