La Semana Santa
Queridas Familias:
La Semana Santa es la conmemoración central del mes de abril y de la historia de la Iglesia Católica. En la muerte y resurrección de Cristo se cumplen las Escrituras, la palabra de los profetas, el sentido y el fin de la historia, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Nuestra finitud humana y la esperanza plena en Dios. Misterio y Verdad, el principio y el fin. Nos muestra el sentido individual y grupal de la vida del cristiano, la Cruz envuelve la alegría y la tristeza, el valor y sentido del sufrimiento, la esperanza y el auxilio de la Fe para superar las limitaciones humanas.
Dios nos dio a su hijo, para que lo amáramos plenamente y el espíritu del hombre se elevara. Tenemos que tener siempre presente la actitud de la Virgen María durante la Semana Santa, al asumir sin concesiones lo que Dios le pedía.
Tenemos que proponernos como familias vivir plenamente la Semana Santa, ser Iglesia doméstica, asistir y sentir cada una de las celebraciones, en oración, con las lecturas pertinentes, en la meditación de los pasos de Jesús en cada momento de la Semana Santa e incorporarlos como momentos de nuestra propia vida. Morir y renacer en la Fe, en la renovación de nuestra propia persona. Buscar el silencio, vivir al Jesús interior que nos habla y evitar el ruido y las distracciones seculares durante estos cuatro días santos.
La Madre Paulina nos dejó escrito tan acertadamente:
“Jesús ha amado hasta la muerte. Qué esa sea mi medida.
¡Cada una tiene su cruz! Si la lleváramos siempre de modo que cada paso nos acercara más al Cielo, todo estaría bien.”
Comisión de Espiritualidad y Cultura