07 Oct 2023

“La alegría más duradera es la que tiene sus raíces en la paz del alma”

“La alegría más duradera es la que tiene sus raíces en la paz del alma”
Madre Paulina Von Mallinckrodt, 1858

La Madre Paulina nos habla de la relación unívoca entre la alegría y la paz del alma. Nos propone en la paz del alma las bases de una alegría no esporádica sino duradera. Es una paz no de contexto, no de organizaciones, es en principio una paz personal, interior, buscada y perseguida con esfuerzo, en una lucha contra todo lo que nos trae intranquilidad. En forma negativa, que afirma la Madre Paulina, no busquéis la alegría sin paz interior. Podría alguien de nosotros, de nuestras familias, nuestras hijas, vivir la alegría sin paz interior? Qué clase de alegría sería, regocijándose en el conflicto, en la violencia, en las injusticias, en las desigualdades? En esencia no sería una alegría en Jesús y en María, no sería paz con uno y paz con los demás, no sería paz en el centro de la comunidad.

La paz del alma se trabaja a diario, es un objetivo permanente, no nos va ser dada, quizás nunca sea una conquista permanente , lo sea por limitaciones propias e incluso por factores externos, contextos adversos en lo emocional, en lo económico, en lo laboral.

Aquí opera en gran medida dónde está el centro de nuestra fe, de nuestra vida religiosa. Habrá quienes lo ubican en la oración, en las plegarias, en la oración mental, en el rezo del Rosario, en la unión espiritual con Dios. Otros lo focalizarán en el otro gran sentido de la fe, la caridad, la acción con los otros, el dar en Jesús, en el renunciamiento de María, en el caminar y actuar evangelizante de los apóstoles, y de los primeros cristianos.

No podemos carecer de un centro en nuestra vida religiosa, es nuestro eje central, dependerá de nuestra formación y de nuestras características personales, más hacia lo trascendente, o más hacia lo cercano, lo social, lo inmediato el prójimo o una combinación de ambos.

Sepamos con esfuerzo, fe y humildad, en la Cruz de Jesús, buscar la alegría en la paz del alma, como objetivo personal y familiar.

Comisión de Espiritualidad y Cultura