15 Nov 2018

Fechas conmemorativas

Para las familias católicas hay dos fechas conmemorativas en el mes de Noviembre de central importancia a nivel personal y grupal. La primera el 1 de Noviembre la de Todos los santos y la segunda el 2 de Noviembre la de Todos Los fieles difuntos.

La familia para el cristianismo es ámbito de santidad, un contexto con sentido sagrado, porque su modelo es la Sagrada Familia, que terrenalmente es aquella que asume con entrega y renuncia todos los desafíos y contratiempos que la vida cotidiana plantea , unidos en la fe para seguir a Jesús en el modelo de la cruz y a María como intermediaria suprema ante Dios.

Recordamos a los Santos el primero de Noviembre, a quienes por su sacrificio y cumplimiento del mensaje de Jesús la Iglesia elevó a esa categoría y nos sirven de modelo, aun habiéndose destacado en otro tiempo y en un contexto histórico diferente. No es difícil verse inspirado y motivado por algún santo en particular, encontrar en él un ideal personal, una forma peculiar de seguir a Jesús, de entregarnos a Dios, que nos invite a desafiarnos y nos conmueva en plenitud.

Cuál debe ser la principal virtud de un católico? – sin dudarlo la Caridad, en ella está el eje de cualquiera que busque su camino de santidad sin disquisiciones teológicas y aspiraciones aunque sinceras sólo abstractas. El camino de santidad se recorre en función de lo que hacemos, damos y nos entregamos por los demás en el modelo de la cruz, del sufrimiento de Jesús para redimirnos.

Todo cristiano está llamado a la santidad, en su significado más pleno es el mayor sentido de la vida, no por vanidad ni ego, sino todo lo contrario, pues solo puede alcanzarse la santidad renunciando a todas nuestras limitaciones personales y terrenales, banales y sin sentido, ponerlas al servicio de Dios y buscando la imitación de Cristo. La Madre Paulina von Mallinckrodt nos decía : “El camino de santidad pasa por la cruz”.

“La perfección individual consiste en cumplir la vocación que Dios nos ha dado, y no en buscar y desear algo más que el cumplimiento de su divina Voluntad.”. No hay un solo contexto para actuar, la realidad y el mundo son diversos y presentan infinitas situaciones para ponernos a prueba y superarlas y encontrarle sentido sagrado dentro del mensaje de la Iglesia. Y de dónde sacar la fortaleza, de la fe y de la oración que la alimenta que es la voz del alma en dialogo con Dios y la Madre Paulina también nos aconseja: “Señor ayúdame a ser un alma en oración. Ayúdame para que todas mis obras estén empapadas en oración”

También recordar a los Fieles Difuntos nos invita a rezar por las almas de los que no están, por el respeto de los que pasaron antes que nosotros y nos acompañaron y pedir en oración y meditación profunda por las almas del purgatorio, por su camino a la vida eterna.

La Madre Paulina nos decía al respecto: “En la muerte estamos solos con Jesús.¡Felices nosotros si podemos mirarlo con entera confianza! Si El ha sido nuestro tesoro, nuestra riqueza en la vida, lo será siempre por toda la eternidad. ¡El tiempo es corto, la eternidad, larga!”.

¡La vida eterna merece todos los esfuerzos! ¡ Cada uno tiene su cruz! Si la lleváramos siempre de modo que cada paso nos acercara más al cielo, todo estaría bien. La vida eterna merece esto y otras luchas mayores. El camino de la cruz es el único camino real al cielo.

Comisión de Espiritualidad y Cultura