16 Mar 2024

“Cuida que nadie tenga que esperar mucho a nuestra puerta”

“Cuida que nadie tenga que esperar mucho a nuestra puerta”
Paulina von Mallinckrodt

¡Cuidar que nadie tenga que esperar mucho a nuestra puerta! Qué cristiana recomendación nos hace la Madre Paulina, qué significado tan amplio. Es una actitud de vida externa, personal y social hacia los que necesitan algo, o hacia quienes podemos ayudar. El símbolo de la puerta, darle entrada al otro, abrir la puerta, es abrir el corazón, abrir los brazos. La puerta, aunque externa, está también en nuestro interior, con nuestras contradicciones, comodidades, faltas y egoísmo, pero también con nuestras virtudes y bondades, nuestra entrega y nuestra fe.

Estas fuerzas contradictorias, mejores y peores, luchan dentro nuestro: abrir la puerta y que nadie tenga que esperar exige la superación de nuestras propias limitaciones, la construcción de una prioridad cotidiana simple y profunda: ante el otro de dar siempre, estar abierto, la puerta que se abre es también el símbolo que resume el valor supremo de la caridad.

La puerta que se abre y no hace esperar al que algo necesita es nuestra casa, nuestro corazón y nuestra palabra en el sentido que nos habla la Madre Paulina.

Es nuestra casa para ofrecer protección, nuestro corazón para incluir al otro y nuestra palabra para tender puentes, comunicar, perdonar y ser apóstoles de Cristo.

Cuántas veces nuestra puerta se encuentra cerrada, hacemos esperar al otro innecesariamente, voluntaria o involuntariamente, por qué no vivir la actitud eminente de un cristiano: ser caminante, servidor, abierto y entregado, sin pedir nada a cambio, la Cruz viva de Cristo en lo cotidiano.

Para la Madre Paulina que nadie tenga que esperar mucho ante nuestra puerta es ante todo espontaneidad, estilo de vida, y alegría cotidiana, el otro es el mismo Jesucristo que está ante nosotros.

El 19 de Marzo se conmemora la festividad de San José, y nos recuerda el rol sagrado de los padres.