28 Jul 2021

“Adoremos los inescrutables caminos del Señor”

“Aun cuando a veces las huellas del Señor conducen cuesta arriba en medio de espinas, piedras cortantes y suelo resbaladizo, no dejan de ser huellas del Señor. Cuando se tornan demasiado dificultosas, Él viene en nuestra ayuda“ (Madre Paulina, 1849).

Así nos hablaba la Madre Paulina al referirse a la Cruz, tan actual bajo el tiempo de Pandemia que vivimos desde hace más de un año y medio. A todos se nos ha hecho cuesta arriba, en medio de espinas y piedras cortantes y suelo resbaladizo, afectándonos como personas, en nuestra familia y en nuestras Instituciones. Conocemos y llevamos la pena de la pérdida de personas a quienes conocimos, a las que queremos y que han partido víctimas del covid. O a personas contagiadas y aun repuestas, que han sufrido mucho y tienen secuelas físicas y anímicas que perdurarán. Nada será igual en el futuro.

Hay un dolor sentido y una pérdida especial que nos afectan como comunidad del Colegio Mallinckrodt, a raíz del fallecimiento de la querida Adriana Novoa, maestra de muchos años, apreciada y respetada por sus alumnas, por sus pares docentes y por las familias. Un dolor y una tristeza que no tienen consuelo, por la juventud de Adriana, por su presente vital y activo en la docencia. Nuestras oraciones la deben tener siempre presente, y recordarla en su dimensión de bondad, entrega y alegría.

Aun así, como nos dice la Madre Paulina, no dejan de ser huellas del Señor incluso las pérdidas y los sufrimientos de la vida cotidiana, frente a los cuales debemos siempre pensar y sentir que Él no nos abandona y viene siempre en nuestra ayuda. Agrega la Madre Paulina: “Adoremos los inescrutables caminos del Señor, humillémonos bajo su mano, y soportemos pacientemente cada cruz que nos ponga sobre los hombros” (1860).

En el mes de julio se destaca la memoria de varios Santos, pilares de la Iglesia en el tiempo siempre vigente en el que les tocó actuar. Con su ejemplo, su prédica y fundando Congregaciones y monasterios.

Uno de ellos San Benito, Patrono de Europa, cuya fecha se celebra el 11 de Julio. Fundador de la Orden Benedictina, erigió su primer Abadía en Montecasino, Italia, sobre los restos de una antigua acrópolis. Redactó en latín vulgar una regla para sus monjes, conocida como la Santa Regla, buscando alcanzar la mejor vida monacal. Adaptó el sistema de monacato de Oriente, de Egipto, de vida ermitaña, a la realidad de Occidente y a la vida en comunidad.

El 6 de Julio recordamos a Santa María Goretti, modelo de joven dispuesta a mantener su libertad, virtud e independencia, por la fortaleza de su fe en Dios y la Virgen.

A su vez, festejamos el día de Santa María Magdalena, el 22 de Julio, en honor de la “apóstol de los apóstoles”, como la llamó Juan Pablo II en la Carta “Mulleris Dignitatem”. Ella fue la eminente y valiente discípula de Jesús, que estuvo presente durante su crucifixión junto a María y a otras mujeres. Según los cuatro Evangelios, fue la primera testigo de la resurrección de Jesús junto a otras mujeres, y la primera persona en dar testimonio de Cristo resucitado ante los apóstoles.

Por su parte, San Ignacio de Loyola, cuya fecha se celebra el 31 de Julio, es una de las grandes personalidades de la Iglesia en la Contrarreforma. De obediencia absoluta al Papa, fundó en 1534 con otros sacerdotes la Sociedad de Jesús, luego llamada la Compañía de Jesús. La Contrarreforma dio impulso, vitalidad y actitud renovada, luego de los embates del protestantismo, y la Compaña fue líder en esta nueva etapa de la Iglesia. San Ignacio redactó los Ejercicios Espirituales, esenciales en la espiritualidad occidental hasta el presente.

Comisión de Espiritualidad y Cultura