“Quiero mirar a Dios y su Santa Voluntad”
“Quiero mirar a Dios y su Santa Voluntad”
Paulina Von Mallinckrodt
Estamos finalizando el año, ya con la pandemia en una etapa disminuida, más débil. Pero nos encontramos ante sus efectos, sus consecuencias. Todos fuimos afectados, de un modo u otro, con mayor o menor dolor, sufrimientos, ausencias, de personas queridas. Perjudicados en proyectos personales frustrados o interrumpidos, que trastocaron los objetivos propuestos. Es un momento, sin duda, de hacer un examen de conciencia acerca de cómo nos plantamos ante esta situación y cómo emprendemos la lenta recuperación hacia una nueva normalidad.
Para esta especial situación individual y colectiva, la Madre Paulina nos dejó en claro la mejor manera de acercarnos a la Voluntad de Dios; no la nuestra, la de nuestro propio interés, sino la voluntad superior, la que debemos asumir y aceptar.
Nos dice la Madre Paulina: ” quiero mirar a Dios y su Santa Voluntad”. Quizás no todo lo ocurrido y lo que venga sea de nuestro agrado, ni encuadre en nuestros deseos, proyectos y perspectivas. Sin embargo, llevar la Cruz y entregarnos totalmente a Dios, es nuestra actitud de cristianos.
Aceptar la Voluntad de Dios, en la Fe y con alegría. es clave para emprender la etapa que viene. La Madre Paulina nos ofrece una guía, una hoja de ruta al decirnos: “a pesar de todas las contrariedades, aspiremos a que se haga la voluntad divina, y que el amor a Dios sea el centro, reposo de nuestra voluntad”.
Que el amor de Dios sea nuestro centro, es un desafío y una prioridad mayor que nos libera de falsas centralidades y prioridades seculares y humanas de segundo orden, a las que sin darnos cuenta le damos la prioridad. Nuestro centro personal, nuestro centro familiar, centro de la vida de nuestros hijos se funda en el modelo de Cristo. En la oración diaria, en la caridad, en el misterio de la Misa, la clave es buscar que nuestra voluntad repose allí.
Entregarnos a Dios, absolutamente, a partir de pequeñas acciones, difíciles pero profundas, es el modelo que la Madre Paulina nos sugiere para vincularnos al Señor: “¡Haz que sea como blanda cera en tus manos! ¡Haz conmigo lo que quieras!”
El 24 de Diciembre festejamos la Navidad, la venida de Cristo, nacimiento y renovación del sentido de la vida de la Humanidad, de la cultura y la civilización. Confirmación del plan de Dios. Sepamos desde nuestro lugar y experiencia de vida, realizar un modelo de santidad, contemporáneo, comprometido y a la vez cálido y generoso, con cimiento en la Fe, llevando la Cruz de Cristo en el lugar que mejor sirvamos a la Iglesia.
Comisión de Espiritualidad y Cultura