“El camino de la cruz es el único camino al cielo”
La Madre Paulina von Mallinckrodt de manera simple y clara nos enseña el santo medio de llegar a Dios, la comprensión profunda del sentido de la vida y de todas nuestras cavilaciones, dudas y alegrías: es el camino de la cruz. Sin la vocación firme de vivir este camino, fundado en la fe, en las enseñanzas de Cristo, todas las vivencias se desarticulan y pierden sentido. El camino de la cruz lleva implícita la contradictoria vivencia de la alegría y de la tristeza, del éxito y el fracaso, del ascenso y de la caída. La contradicción y el misterio de los hechos que vivimos, que no se ajustan a nuestros deseos y objetivos humanos, sólo se comprenden en el arduo camino de la cruz , que nos conduce a Dios por Cristo. El sentido del sufrimiento se supera en la búsqueda de la trascendencia del alma, del espíritu del hombre, de lo inmaterial sobre lo material.
La Madre Paulina nos muestra que ante todo el camino de la cruz es una actitud ante el mundo, ante nuestra cotidianeidad, da sentido a lo que nos pasa aún cuando vivamos contrariedades y frustraciones, es el sentido último de lo Absoluto en nuestras vidas.
A manera de recomendación y de guía en la acción la Madre Paulina nos propone: “El santo amor al prójimo nos exige también soportar cualquier falta y debilidad de los demás; debemos sobrellevar con paciencia lo que no podemos corregir en el prójimo”. Podemos interrogarnos sabiamente ¿practicamos la paciencia en la falta inevitable de los demás, en sus debilidades? O somos jueces categóricos e irreflexivos en los actos que no podemos corregir del prójimo. La paciencia es una virtud de los católicos, pero la registramos en su sentido religioso o sólo en su dimensión de logros materiales?
En sintonía con la paciencia la Madre Paulina nos introduce también en lo que ella entiende como la mayor prudencia: “A la larga actuar con profunda sinceridad resulta ser la mayor prudencia.” La sinceridad y la prudencia como virtudes católicas van juntas, la primera como condición de la segunda. Tomamos a la sinceridad como base de la prudencia? La Madre Paulina nos regala esta fuente de sabiduría, para la vida familiar, que sea parte de la educación de nuestros hijos.
Para finalizar el 24 de Junio celebramos a San Juan Bautista: su rol y misión fue anunciar la venida de Cristo, ser la voz en el desierto. Sepamos desde el lugar que nos corresponda poder anunciar a Jesús, con la palabra y con los actos, personales y familiares. Poder ir al desierto moderno, que no es un lugar inhabitado, sino un lugar ocupado por mensajes, actos y modelos que van muchas veces en contra del camino de la cruz y anunciar a Jesús